Derrota del Almirante Nelson en Tenerife 1797
ATAQUE A SANTA CRUZ DE TENERIFE (25 de julio de 1797)
Una fuerza de desembarco de 1200 soldados británicos encabezados por el propio almirante Nelson fue derrotada por el general Gutierrez, Comandante General de las Islas Canarias, quien les ocasionó numerosas bajas tras cinco horas de combate nocturno.
Una fuerza de desembarco de 1200 soldados británicos encabezados por el propio almirante Nelson fue derrotada por el general Gutierrez, Comandante General de las Islas Canarias, quien les ocasionó numerosas bajas tras cinco horas de combate nocturno.
Antecedentes
El general don Antonio Gutierrez, Comandante General de las Islas Canarias, recibió la notificación oficial de la declaración de guerra contra Gran Bretaña en noviembre de 1796. A partir de entonces comenzó a preparar la defensa de la isla para hacer frente a una posible agresión por parte de los británicos. Para ello contó con la colaboración del Cabildo de la isla y del alcalde de Santa Cruz de Tenerife en todo momento, quienes ofrecieron la colaboración de los paisanos para aumentar las mermadas fuerzas de defensa.
Las intenciones británicas de atacar el archipiélago se hicieron pronto evidentes, pues el 18 de abril se produjo el apresamiento de la fragata PRÍNCIPE FERNANDO, producto de un audaz ataque sorpresa dirigido por el intrépido capitán Richard Bowen, al mando de las fragatas TERPSICHORE y DIDO. El ataque puso de manifiesto que los buques británicos campaban por sus respetos en aguas canarias, sin posibilidad de ayuda por parte de la flota de guerra española, que se encontraba bloqueada en Cádiz por la británica tras su derrota en la batalla de San Vicente.
Tras esta incursión, tinerfeños pudieron observar cómo los británicos reanudaron su presencia frente a Santa Cruz, pues el 26 de abril se vió una fragata británica cruzar sucesivas veces la bahía fuera del alcance de la artillería costera observando las defensas. Tres dias despues, el 29 de abril, esta maniobra fue repetida por otras dos fragatas. Estas maniobras obligaron al general Gutierrez a reforzar las defensas y a aumentar los puestos de vigilancia. Asimismo, el 1 de mayo se estableció un Plan de Rondas para vigilar seis sectores en que fue dividida la plaza, con una fuerza de 20 paisanos asignados a cada sector.
El ATAQUE
El 20 de julio de 1797, un escuadrón británico compuesto por cuatro navíos, tres fragatas, un cutter y una bombarda, al mando del contralmirante Horacio Nelson se presentó frente a Santa Cruz de Tenerife. Después de una tentativa infructuosa en las playas de Valle Seco, el 22 de julio, el propio Nelson, tres días más tarde, encabezó un ataque frontal hacia la ciudad, que fracasó con fuertes pérdidas, viéndose obligada a capitular las pocas tropas que habían conseguido entrar en la población tinerfeña (25 de julio de 1797).
Los británicos asaltando el muelle y la playa de Santa Cruz (25 de julio de 1797). En esta acción, Nelson perdió el brazo derecho y Richard Bowen, comandante del Terpsichore, la vida. El cutter Fox resultó hundido por los disparos de las baterías de costa, con pérdida de 97 hombres. El asalto fue completamente rechazado y los británicos supervivientes cayeron prisioneros.
Un disparo del cañón Tigre le hace perder un brazo:
En el Museo Militar de Almeida, donde se exhiben los objetos y documentos más destacados relacionados con la épica jornada del 25 de julio de 1797 en Santa Cruz de Tenerife, ocupa un lugar principal un cañón de bronce, fundido en Sevilla en el año 1768, de 134 mm. de calibre y de unas dos toneladas de peso. Su nombre es Tigre. Está perfectamente conservado y en condiciones de hacer fuego. La tradición le atribuye el disparo que causó la grave herida que dejó manco a Horacio Nelson y el hundimiento del cúter Fox, en el que se encontraban oficiales y soldados escogidos.
La víspera del ataque se abrió una tronera en el muro del castillo de San Cristóbal donde se colocó un cañón a baja altura para dificultar el desembarco inglés en la playa que separaba este castillo del de San Pedro. Es posible que, como indica la tradición, se tratara del cañón Tigre, pero es un hecho indemostrable ya que eran numerosos los cañones que en fuego cruzado, intentaban impedir el acceso inglés a la playa y al muelle.
Capitulación británica:
Santa Cruz, 25 de julio de 1797
Las tropas &c. pertenecientes a S.M. Británica serán embarcadas con todas sus armas de toda especie, y llevarán sus botes si se han salvado; y se les franquearán los demás que se necesiten, en consideración de lo cual se obligan por su parte a que no molestarán el pueblo de modo alguno los navíos de la Escuadra Británica que están delante de él, ni a ninguna de las Islas en las Canarias, y los prisioneros se devolverán de ambas partes.
Dado bajo mi firma y sobre mi palabra de honor
Samuel Hood
Ratificado por
T.Troubridge, Comandante de las tropas Británicas.
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